Nuestra vida es una colección de momentos, una concatenación de memorias.
Uno de ellos: una tarde, invierno, hace poco menos de una década. Arq. Fernando Tomeo (Padre) llega al salón, saluda y empieza a iluminar –no hay palabra mas adecuada para lo que é hacia-. Al rato para, pide perdón y permiso para sacarse el sweater. Poniéndose los lentes de nuevo sonríe, apunta a la puerta del salón y dice: "Afuera hace 5 grados, pero los vidrios están empañados... el calor Humano existe!" Cuanta razón tenía...
La Facultad -y la profesión toda- es mejor gracias a él. Y yo le doy gracias a él, y a su Familia en estos momentos tan difíciles, por el tiempo que le dedicó a tantos de nosotros todos estos años, y por todas las memorias que nos legó.
NS
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